Desde temprano cada uno de nosotros recibió saludos de colegas, vecinos, amigos y conocidos, sin embargo, no es un día de festejo, es más bien de reflexión, de acompañamiento, de juntarse con vecinos, en nuestro caso, el de los Medios Vecinales estamos junto al vecino, y con ellos pasaremos este día, para anoticiarlos de las novedades como siempre lo hacemos, cada uno desde su plataforma de información, radio, gráfica, web, TV, siempre firmes con esta tarea, que la realizamos desde la vocación.
La lucha dignifica, la adversidad nos hace más fuertes, a mi modesto entender, equivoca el rumbo quien nos quiera silenciar, se ha pasado por momentos muy duros, tormentas terribles, el viento soplo muy fuerte, y acá estamos, seguimos, seguiremos y seguirán otros, Informando sobre lo que esta bien y lo que no, aguantando presiones, ninguneos, y demás yerbas que hacen a este trabajo, que como otros tiene sus inconvenientes, el nuestro es, según el gobierno de turno, así que animo colegas, que el sol aparecerá detrás de las nubes, recuerdo una fábula que contaba la maestra en la primaria, que es adecuada para la ocasión, es "El sol y el viento de León Tolstoi".
El sol y el viento discutían para ver quién era el más fuerte.
El viento bravucón decía ¿Ves aquel anciano envuelto en una capa?
Te apuesto a que le quitare la capa más rápido que tú.
El sol se ocultó tras una nube y el viento comenzó a soplar cada vez con más fuerza, hasta convertirse casi en un huracán, pero cuanto más soplaba con más fuerza se agarraba el anciano a su capa. Por fin el viento se calmó y se dio por vencido.
Entonces el sol que permanecía detrás de la nube se asomó con una cálida sonrisa reconfortando al anciano, y no pasó mucho tiempo hasta que el anciano acalorado por la continua caricia del sol se quitó la capa.
El sol demostró así al viento, que la suavidad y la ternura del amor de los abrazos son más poderosos que la furia y la fuerza.
Comparto con mis vecinos, colegas y amigos, no solo esta breve nota, sino las inquietudes de los días que estamos pasando, sin que gane la desesperanza.