La Defensoria del Pueblo de la Ciudad, a raíz de los hechos acontecidos en el Municipio de San Isidro, de amonestar a una madre mientras amamantaba a su bebé, se pone disposición para colaborar en la capacitación de los efectores de seguridad a fin de cumplir y garantizar la vigencia plena de los derechos humanos de los niños y de sus grupos familiares.
Desde el sistema de salud se alienta la lactancia materna por lo menos en los primeros seis meses de vida del bebé, considerándose beneficiosa su extensión en la medida en que no perturbe la organización de la vida familiar y en especial la de su madre. Por lo tanto, posibilitar espacios para que las madres puedan alimentar a sus bebés no constituye en forma alguna motivo de persecución policial, ni contravencional, ni menos aún penal. La actitud policial es un ejemplo de autoritarismo y de abuso de poder contrario al derecho vigente.
Creemos que la orientación con que se está formando a las nuevas generaciones de personal de seguridad carece de nociones claras de derechos humanos y constitucionales. El principio rector de que "todo aquello que no está prohibido expresamente está permitido" y que los derechos del niño/a a una vida sana tienen prioridad sobre todas las demás cuestiones de las normativas urbanas, deben ser principios rectores de la formación policial y de las fuerzas de seguridad.
Por ello, nos parece correcto el pedido de disculpas que han efectuado las autoridades del Municipio de San Isidro, y solicitamos desde esta Defensoría del Pueblo a todos/as quienes tienen competencia en los temas de seguridad abstenerse de la intromisión en la vida familiar y social de las personas que utilizan los espacios públicos, mientras no generen perjuicios o daños a terceros.
Quien se sienta ofendido o molesto por ver a una madre alimentado a su bebé, evidentemente no comprende la importancia de la relación madre-hijo, el beneficio de la lactancia materna, y presenta connotaciones morbosas que debería revisar en su subjetividad.

Defensoria del Pueblo de la Ciudad