Desarrollan una tecnología para detectar toxinas contaminantes en ríos y lagunas, investigadores de la UBA y el CONICET crearon un kit de bajo costo para medir la presencia de cianotoxinas en cuerpos de agua dulce. Se trata de una herramienta para un problema de salud pública y ambiental que se encuentra en crecimiento. Además, el proyecto fue ganador en la categoría "Investigación aplicada" en los Premios INNOVAR 2023.

Agustina Lima - (Agencia CTyS-UNLaM) - Hay ciertos proyectos  que nacen de una demanda social. “Ustedes tienen que trabajar con cianotoxinas porque es un problema que está en aumento y que no se puede medir”, le decían colegas del Instituto Nacional del Agua (INA) y otros organismos a Javier Gasulla, investigador del CONICET y del Laboratorio de Genómica e Ingeniería de Sistemas Biológicos del Instituto de Biociencias, Biotecnología y Biología Traslacional de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

Es así como, a partir de un proyecto anterior enfocado en medir arsénico en agua (SensAR), el equipo decidió crear CIANOTOX, un kit para detectar, de forma rápida, cianotoxinas presentes en lagunas, ríos y embalses. Una solución simple y efectiva para un problema ambiental y de salud pública.

“Vimos que en Argentina y en la región no se monitoreaban estas toxinas porque los métodos son muy costosos. Se necesitaba una alternativa más económica, por eso esta idea surge de la demanda de los usuarios. Al mismo tiempo había lugares donde todavía se conocía muy poco, porque efectivamente es un problema que empezó hace unos años pero que va en aumento”, afirmó Gasulla a la Agencia CTyS-UNLaM.

Las cianobacterias son organismos microscópicos que contienen clorofila, lo que les permite realizar fotosíntesis. Es por esto que se las identifica como algas verde-azules que forman una capa de mucosidad en la superficie. Están presentes en aguas dulces, saladas, salobres y zonas de mezcla de estuarios. Además, muchas especies de cianobacterias producen toxinas que se disuelven en el agua, por lo que la Organización Mundial de la Salud las clasificó como un problema de salud emergente.

Si bien estos organismos están presentes naturalmente en todos los cuerpos de agua, su aparición se ve intensificada en los momentos de floración, en los cuales presentan un exceso de nutrientes como nitrógeno y fósforo. “Muchas veces esto sucede por el crecimiento poblacional que acrecienta la descarga de efluentes cloacales o desechos domiciliarios, por el aumento de temperatura como consecuencia del cambio climático que acelera el proceso, así como otro gran factor es el uso de fertilizantes y agroquímicos que terminan vertidos en el agua”, detalló el bioquímico.