Recuerdan otro aniversario del genocidio del pueblo armenio

La Legislatura porteña recordó las masacres ocurridas hace 96 años, bajo el Imperio Otomano, que desencadenaron la muerte de 1,5 millones de personas entre 1915 y 1923.

El acto, que tuvo lugar en el Salón Dorado, fue organizado por el diputado Raúl Puy, presidente de la comisión parlamentaria de Cultura. Participaron el Embajador de Armenia Vladimir Karmirshalyan; el diputado nacional Ricardo Alfonsín; el Jefe de Gabinete de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, el Vicepresidente I del Cuerpo, diputado Oscar Moscariello; autoridades civiles y religiosas, numerosas organizaciones de la comunidad, y público en general.

El acto comenzó con la lectura de un mensaje de la Comisión Interinstitucional Armenia de Buenos Aires que aludió al "plan criminal" que "usurpó tierras y el patrimonio cultural" y destacó el reconocimiento oficial y público de los tres poderes del Estado argentino, y el reciente pronunciamiento judicial del juez federal Norberto Oyarbide en relación al genocidio.

También se valoró "el ejercicio de la memoria y la solidaridad casi inquebrantable del espectro político" para el reconocimiento de una "cuestión social y de derecho" que es indispensable juzgar con la finalidad de prevenir "conductas criminales y lograr una sociedad verdaderamente justa donde todos tengan posibilidades para desenvolverse y crecer".

"El Estado turco debe asumir su responsabilidad, debe ser juzgado y castigado", concluye el comunicado de las organizaciones armenias. El Embajador de Armenia en Argentina, Vladimir Karmirshalyan, criticó el negacionismo e instó a que "en la agenda de la comunidad internacional se incluya el tratamiento de esta masacre genocida y se supriman sus terribles consecuencias" así como también "la intolerancia y la xenofobia generalmente con conducción y participación de la élite política que prepara nuevos genocidios".

El diplomático destacó la acogida y el apoyo del pueblo y gobiernos argentinos y terminó recordando "la obligación de mantener a nuestro planeta al margen del odio y de los crímenes de lesa humanidad". Raú Puy, autor del proyecto que le solicitara la comunidad armenia para realizar el acto y fuera aprobado por unanimidad del Cuerpo parlamentario porteño, aludió a la historia del pueblo armenio y su presencia, particularmente, en la ciudad de Buenos Aires.

En este sentido enumeró los principales aportes legislativos para promover los valores tangibles e intangibles de la comunidad, entre ellos la declaración de la Basílica San Gregorio El Iluminador, como monumento histórico, con aprobación en primera lectura.

Ricardo Alfonsín mencionó la tarea realizada durante la gestión presidencial de su padre. "Lamentamos que todavía se siga incurriendo en negacionismos y que no haya una acción internacional decidida sobre un genodicio suficientemente acreditado", afirmó y expresó su "compromiso en caso de ser llegar a ser Presidente de los argentinos, de visitar Turquía y reclamar que se avance".

Además dijo que "no permitirá que se erija monumento alguno ni se coloquen flores en la estatua de ningún genocida".

Horacio Rodríguez Larreta destacó que "los armenios constituyen una de las colectividades que hace a la riqueza cosmopolita de Buenos Aires" y que "sus valores y tradiciones están presentes".

Finalmente monseñor Vartan Boghossian, Exarca Apostólico para los fieles del rito armenio residentes a lo largo de todas la jurisdicciones de América Latina y Estados Federados de México, y el Arzobispo monseñor Kissag Mouradian, titular de la diócesis de la Argentina y Chile, elevaron una oración y bendijeron a los presentes.

La persistente negación de un crímen de lesa humanidad Ha sido denominado el primer genocidio del siglo XX y de hecho, es el segundo caso más estudiado después del Holocausto. También llamado Holocausto armenio, Gran calamidad o Masacre armenia, fue la deportación forzosa y matanza de aproximadamente 1,5 millones de civiles armenios durante el gobierno de los Jóvenes Turcos, en el Imperio otomano, desde 1915 hasta 1923.

Se caracterizó por su brutalidad en las masacres y la utilización de marchas forzadas con las deportaciones en condiciones extremas, que generalmente llevaba a la muerte a muchos de los deportados.

Otros grupos étnicos también fueron masacrados por el Imperio otomano durante este período, entre ellos los asirios y los griegos de Ponto.

Algunos autores consideran que estos actos son parte de la misma política de exterminio.

Sin embargo, Turquía niega que las matanzas fuesen resultado de un plan organizado por el Estado contra la población armenia bajo su soberanía, requisito para que se considere que se cometió un delito de genocidio.