Viernes 22 Noviembre 2024

Evitemos naturalizar la violencia

La muerte de la adolescente de Junín Nayra Ayelén Cofreces, golpeada brutalmente por compañeras de su colegio, nos conmueve y genera profunda preocupación. 

Se trata de una forma brutal de discriminación, resultado de una cultura que incentiva a los chicos y chicas a tener conductas violentas, a no respetar y no reconocer a quienes son diferentes por el aspecto físico, el origen social y étnico y la orientación sexual, entre otras variables que definen la identidad. 

El hostigamiento, acoso escolar o bullying es un fenómeno mundial. En nuestras escuelas también se expresa. Si bien hay una cultura democrática que ha incorporado regímenes de autodisciplina y de convivencia escolar, es necesario profundizarlos, ya que muchas veces se cumplen de manera formal. 

El año pasado se sancionó una ley nacional de prevención de la violencia escolar que fija las bases para "la promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad social en las instituciones educativas". Hay que avanzar en su implementación a lo largo y ancho del país, con clases especiales, talleres y otro tipo de iniciativas destinadas a prevenir en los chicos/as y jóvenes estas prácticas de acoso.

Necesitamos poner en marcha las múltiples normativas destinadas a educar en resoluciones alternativas de conflictos y condenar los distintos tipos de violencias que puedan atravesar la vida de nuestros adolescentes y jóvenes.

Sabemos que es posible trabajar en función de vínculos sin violencia. Evitemos naturalizar las situaciones de hostigamiento, acoso, agresiones diversas.

Tenemos que actuar con profundidad y evaluando resultados, evitando la burocracia y el cumplimiento inercial de los contenidos educativos.

Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires