Hoy se celebra el Día Mundial de los Humedales, muchos de los cuales han desaparecido en el mundo por el avance de las construcciones, deforestación, contaminación, etc. esta celebración mundial es para generar conciencia sobre el cuidado del medio ambiente, la biodiversidad, mitigan el cambio climático, entre todos sus beneficios que son muchos, es sostenimiento de la vida silvestre.
En Argentina, la superficie de humedales alcanza casi 277 mil kilómetros cuadrados, el 9,5 por ciento de la superficie del país, según un estudio realizado por el INTA. Pueden estar en el medio de una selva, alzarse como islas frente a un río o, también, resistir en medio del cemento de las ciudades. Estos últimos son conocidos como humedales urbanos, resabios de lo que supieron ser extensos territorios verdes que el avance habitacional fue cooptando.
Ese fue el caso de la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA), que se encuentra surcada por los ríos Matanza-Riachuelo, Reconquista, Luján y arroyos como el Maldonado. Todas estas cuencas están atravesadas por humedales. Sin embargo, el crecimiento de zonas urbanas de manera acelerada y sin una planificación eficiente derivaron en diversas problemáticas urbano-ambientales, que demandan una solución.
“La Ciudad de Buenos Aires se fue expandiendo gracias al ferrocarril y la ampliación de la red vial y estos humedales quedaron en medio de entramados urbanos con dinámicas propias de las metrópolis. En ese sentido, nos llamó la atención los ecosistemas de humedales asociados a la planicie de inundación del Río Matanza y la cuestión de los espacios verdes públicos en general, como la reserva natural de Laferrere”, relata a la Agencia CTyS-UNLaM Pablo Pereira, licenciado en Sociología, magister en Conservación de la Biodiversidad (UBA) y becario doctoral de CONICET.
El predio que la comunidad vecinal preserva en esta localidad matancera está compuesto por 83 hectáreas, que se encuentran a la altura del Kilómetro 25 de la Ruta Nacional 3. También existen humedales en la parte “baja” de Laferrere, hacia el sur, cerca de la ribera del Río Matanza. Como parte de un equipo de investigación, Pereira indaga en las disputas territoriales que se entretejen en el espacio: dialogan con habitantes, realizan encuestas junto a escuelas y relevan la falta de acceso a servicios y la percepción del humedal cercano como espacio público. Así, detectaron las problemáticas ambientales y la existencia de construcciones, los dos ejes que se ponen en tensión.
El predio está conformado por 83 hectáreas, que se encuentran a la altura del Kilómetro 25 de la Ruta Nacional 3.
“El foco de nuestro trabajo es valorizar su importancia siempre en función de las necesidades poblacionales, no desde un enfoque puramente conservacionista, sino desde lo que efectivamente pasa en el territorio. Y eso es lo que nos encontramos en Laferrere”, precisa el becario.
El trabajo, además, forma parte de un proyecto más grande que consiste en realizar un inventario de humedales de la cuenca Matanza-Riachuelo, liderado por el CONICET, ACUMAR y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
“El foco de nuestro trabajo es valorizar su importancia siempre en función de las necesidades poblacionales, no desde un enfoque puramente conservacionista, sino desde lo que efectivamente pasa en el territorio. Y eso es lo que nos encontramos en Laferrere”, precisa el becario.
El trabajo, además, forma parte de un proyecto más grande que consiste en realizar un inventario de humedales de la cuenca Matanza-Riachuelo, liderado por el CONICET, ACUMAR y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
Marianela Ríos (Agencia CTyS – UNLaM) –