La Biblioteca de Saavedra al llegar dentro de pocos días el fin del año, época de balances, dan una mirada hacia las actividades y vínculos que fueron sucediéndose a lo largo de este año que se termina, un recorrido por las actividades solidarias como la confección de mantas tejidas a partir de cuadraditos para abrigar en el invierno, la difusión de las múltiples iniciativas que funcionaron y funcionan en el barrio para acercar un plato de comida a quienes lo necesitan, a través de merenderos y comedores autogestionados.
Las charlas y debates abiertos al barrio sobre temas sensibles como el proyecto sobre el arroyo Medrano, el peligro que se cierne sobre la identidad del barrio con la aplicación de los `convenios de edificación´, las políticas urbanas y ambientales.
Las propuestas expansivas, en vinculación con los centros de personas mayores, las escuelas y organizaciones comunitarias del barrio. La organización de actividades de concientización ambiental, la defensa frente al cierre de los cines de Belgrano.
Todas actividades que siguen proyectando a la Biblioteca como la asociación vecinal que es y siempre fue, desde sus comienzos, allá por el año 1918, se invita permanentemente a todos los vecinos a acercarse y a plantear sus inquietudes para hacer de nuestro barrio un lugar mejor para vivir.
Esperando un nuevo año
Suele decirse que es posible y sensible afirmar que las fiestas de fin de año generan sentimientos, referencias, condiciones, balances y perspectivas encontradas para cada persona y para la sociedad. Son referidas, asimismo, en forma simbólica, aunque no sea exactamente así, como punto de llegada de lo que fue, pero también, más intensamente aún, como punto de partida de lo que vendrá.
No es casual, entonces, que las fiestas sean un momento propicio para augurios y buenos deseos. Los necesitamos hoy, en una época dura, difícil e incierta como la que estamos viviendo, en la que suele prevalecer el pesimismo y el escepticismo.
La incógnita del futuro queda abierta: ¿Será posible ser optimista en el año 2022?. Es necesario reconocer que hay dos tipos de optimismo. Por un lado, el superficial y mecánico, el que resulta solo una expresión de deseos automática y pasiva que no reconoce la acción, las incógnitas y las limitaciones que siempre impone la vida.
El otro optimismo, es el que no niega dudas, desafíos y acechanzas. Es el optimismo que apuesta activamente al futuro, tomando como punto de partida lo que somos y las circunstancias que nos rodean y no a las que quejosamente nos referimos en forma pesimista, las que no son ni hubieran podido haber sido.
Es éste, el optimismo realista, y también imprescindible, el que nos empuja a bregar siempre por nuevos sueños y proyectos, los que deseamos y por los que convocamos a trabajar tesoneramente desde nuestra Biblioteca en el próximo año. Lo deseamos y lo necesitamos. Comisión Directiva.
Asociación Vecinal y Biblioteca Popular Cornelio Saavedra.
García del Río 2735/37, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.