Sábado 23 Noviembre 2024

Un oriental que dibujó a Buenos Aires

Dibujos e ilustraciones. Inauguración: jueves 15 de marzo a las 19 hs.

Los ilustradores tuvieron una gran importancia en la vida de los lectores que desde los libros, o las publicaciones periódicas podían tener información en las épocas en que la comunicación no era tan fácil y las noticias llegaban a la gente mucho tiempo después de producidas.

El desarrollo de los procesos de impresión posibilitó que las publicaciones pudieran incorporar dibujos y grabados ilustrativos de las notas que daban cuenta de los distintos sucesos así como diagramar páginas más llamativas con viñetas y orlas decorativas.

Este tipo de revistas vivió sus años más venturosos a fines del siglo XIX y en las primeras décadas del siguiente, la influencia de grandes dibujantes se impuso en el mundo y como no podía ser de otro modo, Buenos Aires no se quedó atrás. Revistas como “El Mosquito”, “Don Quijote”, “Fray Mocho”, “PBT”, etc. son claros ejemplos, que además tenían su fuerte en la caricatura política, que con mordacidad criticaban, a veces despiadadamente, a la vida y a los personajes públicos del momento. Aurelio Giménez había nacido en Montevideo en el año 1877 y siendo joven se dedicó al dibujo ya que sus cualidades artísticas pronto se hicieron notar en su país.

Trabajó en Montevideo y en 1898, ya en Buenos Aires, formó parte de la revista “Caras y Caretas”, que recién aparecía, iniciando una labor extraordinaria por la calidad de sus trabajos a pluma y color, que lo habrían de transformar en uno de los mejores ilustradores de su época.

Los sucesos y la política del país de de los recién estrenados años del siglo pasado tuvieron en Giménez a un intérprete que con minuciosidad y destreza supo conjugar la crítica aguda, la descripción de costumbres y el análisis social con sus estupendas dotes de dibujante.

Su espíritu inquieto lo llevó a fundar con su hermano el semanario “La vida moderna” que ya desde el título daba idea de la intención de reflejar los sucesos de un país y de una sociedad agitada por los aires renovadores del nuevo siglo.

Al ver hoy sus ilustraciones uno se siente tironeado por dos motivaciones, la del observador de su entorno y la de la calidad de su trazo. Casi es posible escuchar el sonido de su pluma cargada de tinta china al correr sobre el papel ya que la espontaneidad de su impronta hace pensar en dibujos logrados en un solo intento.

En el número del 7 de octubre de 1889 de la revista “Caras y Caretas” aparece una nota, ilustrada por Mayol, en la que se hace una semblanza de Giménez en la que podemos leer que en breve tiempo Giménez ha alcanzado aquí justo renombre, su juventud le da derecho a fundar esperanzas sobre un futuro venidero, que a juzgar por su savia y por la rapidez de su desarrollo, alcanzará proporciones capaces de envanecer a sus conciudadanos.

El Museo de la Ciudad posee en su patrimonio varias colecciones de dibujos e impresiones originales de grandes dibujantes de aquellos años como Cao, Castro Rivera, y del propio Giménez, y por ello que hemos considerado oportuno iniciar el ciclo de exposiciones del año 2012 con una muestra de éste último ilustrador que lamentablemente murió muy joven, precisamente el 4 de noviembre de 1911.

Eduardo Vázquez, Director del Museo de la Ciudad.