En la tormenta de los últimos días el agua no dio tregua, se montaron operativos de seguridad y el trabajo de los distintos organismos que tienen que ver con la emergencia es incesante. Los bomberos voluntarios son un brazo fundamental en cada ciudad afectada por el temporal.
La gran cantidad de lluvia caída aumentó el caudal de ríos y arroyos provocando inundaciones que dejaron un saldo de miles de evacuados, caída de árboles, voladura de techos y derrumbe de tendidos eléctricos. Esto causó que varias ciudades del conurbano y de la provincia de Buenos Aires quedaran con calles anegadas y cortes de energía.
Hubo 17 municipios bonaerenses afectados y, ante la magnitud del temporal, autoridades municipales, provinciales y nacionales desplegaron operativos de emergencia y asistencia social del que formaron parte los Cuerpos de Bomberos Voluntarios de todas las localidades afectadas.
Además, el Ministerio de Salud provincial llevó adelante un operativo que incluyó atención en un hospital móvil y la entrega de pastillas potabilizadoras, entre otros elementos de higiene para evitar la proliferación de enfermedades infecciosas a causa de las inundaciones.
Los bomberos voluntarios estuvieron a disposición de Protección Civil y trabajaron sin descanso con el objetivo de generar condiciones de seguridad y prevención además de ser parte fundamental en la evacuación y rescate de vecinos que debieron abandonar sus hogares.
"Son los héroes silenciosos, los que siempre están cuando los necesitamos", dijo una vecina del barrio San Fermín de la ciudad de Luján refiriéndose a los bomberos "que estuvieron, como en otras oportunidades, a disposición y transmitiendo la calma y la ayuda que nosotros necesitamos".
Y eso es el Sistema Nacional de Bomberos Voluntarios, más de 40 mil almas anónimas y siempre dispuestas a colaborar con quien lo necesita. Hombres y mujeres profesionales que se capacitan a diario conformando el principal brazo operativo para la contención de siniestros y/o catástrofes de cualquier envergadura en al menos el 80 por ciento del territorio argentino.