Lunes 25 Noviembre 2024

El pasado viernes 4 de octubre, en el Salón Dorado de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires el Movimiento Comunero realizó el acto de conmemoración del 8º aniversario de la sanción de la Ley Orgánica de Comunas Nº 1777, bajo el título Las Comunas: Una realidad que construimos entre todos.

El salón estaba colmado de público entre los que se contaban vecinos, legisladores y juntistas comunales. La primera sorpresa que se llevaron los asistentes fue la escenografía, ya que el escenario mostraba en primerísimo plano una barrerafrente a la mesa de los oradores y de cara al público que exhibía orgullosamente quince pancartas, a razón de una por cada Comuna recordando diferentes demandas que aún no han sido cumplidas, exigiendo la plena vigencia de la Ley, descentralización efectiva, transferencia de competencias y presupuesto, atención a los Consejos Comunales, etc. que preanunciaba que no iba a ser un acto complaciente.

El evento contó con sólo dos oradores que sin rodeos pusieron en el centro de la celebración la importancia de la participación y control ciudadano en los actos de gobierno. Se hizo un repaso de la historia de las luchas vecinales para lograr el dictado e implementación de la Ley, la situación actual de su vigencia que aún está lejos de alcanzar sus objetivos y se requirió al Poder Ejecutivo, al Legislativo y a los Juntistas Comunales para que aporten los mecanismos necesarios que permitan acelerar los procesos para que pueblo y gobierno  resuelvan mancomunadamente las necesidades de sus barrios, en beneficio del bien común.

En primer lugar hizo uso de la palabra la Sra. Alcira Fernández describiendo la cultura de la democracia representativa y delegativa que los argentinos tenemos "marcada a fuego" por manda de la Constitución Nacional de que "El Pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes" concepto este que, se preocupó en aclarar, era inevitable a mediados del siglo XIX en que los traslados eran a caballo o en carruajes. Hoy, agregó, "la geografía está a un click de distancia".

En su alocución citó también al Juez Víctor Trionfetti quien expresara que las  instituciones de la democracia participativa permiten a los ciudadanos tomar parte directamente en la vida política, "Es una soberanía popular proactiva y no sometida  al  calendario electoral. Lo contrario es como si el soberano, entre  elección y elección, debiese dormir una siesta cívica".Por último concluyó expresando que los funcionarios electos no deben concebirse ni ser monopolizadores del ejercicio de la política excluyendo a los miembros de la comunidad, porque "los ciudadanos ya no quieren caminar más detrás de sus dirigentes: hoy quieren, y pueden, hacerlo al lado de ellos."

A continuación hizo uso de la palabra el Sr. Carlos Wilkinson, un referente histórico y testigo partícipe de las luchas ciudadanas desde la crisis del 2001 hasta el presente.

Wilkinson hizo un pormenorizado relato de cómo los constituyentes de la Ciudad de Buenos Aires sancionaron una Constitución fundada en la democracia participativa y teniendo como institución clave las Comunas, porque advertían la necesidad de cerrar la brecha existente entre dirigentes políticos y ciudadanía.  La dirigencia política, que no quería descentralizar el poder, ya que de esto se trataban las Comunas, no avanzó nada en su concreción. El 19 y 20 de diciembre de 2001 con la consigna popular "¡Qué se vayan todos!" demostró el acierto de las previsiones constituyentes. Este estado de conmoción impulsó a muchos ciudadanos a  marchar hacia la Legislatura demandando el dictado de la Ley  de Comunas, lo que, apoyado por un amparo que ordenó al Poder Legislativo el dictado de la Ley, se tradujo en un rico proceso participativo en los 47 barrios porteños para definir el contenido de la Ley que fue finalmente sancionada el 1º de setiembre de 2005.

Durante los cinco años los vecinos formaron los Consejos Comunales Autoconvocados y participaron en la Comisión Bipartita, hasta que un nuevo amparo con un fallo del Tribunal Superior de Justicia ordenó al Poder Ejecutivo llamar a elecciones para cubrir los cargos de Juntistas Comunales.

Muchos vecinos de la Ciudad que de distintas formas plantean mejoras para sus barrios y se oponen a obras y proyectos inconsultos, asumiendo un notable protagonismo, no han registrado todavía, por la sistemática desinformación pública sobre las Comunas, el poder que les otorga esta nueva institución de la Democracia. 

Carlos Wilkinson concluyó su discurso haciendo hincapié en que tanta resistencia para que funcionen plenamente las Comunas, su Órgano de Gobierno colegiado y los Consejos Consultivos Comunales, revela inequívocamente la importancia y valor que contiene esta Institución en términos de transformar la forma de pensar, sentir y actuar la política. Una transformación de la cultura y del ejercicio de la política, donde representantes y representados, actúen coordinada y complementariamente en función del bien común. Por último apeló a las autoridades exigiendo tres requisitos básicos para el éxito del largo camino iniciado por los constituyentes en 1996: la transferencia íntegra de competencias exclusivas  las Comunas, la asignación de presupuestos propios a cada una de ellas y la asignación de los recursos y la información de gestión necesarios para el funcionamiento de los Consejos Comunales.

Finalmente cerró el acto, tal y como correspondía a un festejo, la cantante Ely Yanel que entonó tres temas: el conocido "Garganta con arena" de Cacho Castaña; "Que tango hay que cantar" también de Castaña con música de Rubén Juárez y cerrando el breve recital con la elocuencia de la letra de "Aprender a volar" de Patricia Sosa, que provocó que el público se retirarse con los ecos de esos versos que proponían "Duro es el camino y se que no es fácil,/ No se si habrá tiempo para descansar./ En esta aventura de amor y coraje/ solo hay que cerrar los ojos y echarse a volar.... canta por lo que vendrá/ no es tan difícil que aprendas a volar"

Movimiento Comunero