La Dirección de Higiene Alimentaria de la Agencia Gubernamental de Control previene y brinda consejos para que en el verano se mantengan los alimentos sin perder la cadena de frio, desde que realizamos las compras, hasta el traslado a nuestros hogares.
Si la compra se realiza en un supermercado es muy importante seleccionar el orden en el que vamos a realizarla. Hay que adquirir en primer lugar los alimentos que no necesiten frío y que puedan mantenerse a temperatura ambiente. Entre ellos, los alimentos líquidos esterilizados que se almacenan en cajas (leche o zumos UHT), las latas o botellas de bebidas varias, conservas, etc. El orden dependerá de la resistencia a la rotura que tengan los envases o productos, a fin de evitar que se deterioren.
A continuación, se compran los alimentos refrigerados (4 a 7ºC) es decir, los que necesitan frío (lácteos, pescado, carne), estos deben estar fríos al tacto y los incorporaremos al carro junto: al hallarse todos en el mismo espacio, el contacto con el aire caliente es menor y mantienen el frío durante más tiempo.
En el caso del pollo "fresco" leer bien el rotulo, ya que muchas veces hay "ofertas" donde se trata de pollo congelado que ha sido descongelado y no se declara al consumidor.
Por último, se adquieren los congelados (-18ºC), que deben encontrarse completamente duros al tacto. Deben ponerse en la misma zona donde se colocan los alimentos refrigerados, ya que así el frío se conserva más tiempo y se mantienen las condiciones de refrigeración. De este modo, será más difícil que se produzca su descongelación de los mismos.
En el traslado
Es conveniente en estas épocas donde la temperatura ambiente supera los 25ºC transportar los alimentos que necesitan refrigeración o congelados en una heladera portátil.
Llevarnos nosotros los productos refrigerados y congelados a nuestras casas, no enviarlos con el Delivery, debido a que muchas veces estos tardan varias horas y ponen en peligro la cadena de frio.
Desde el momento de la adquisición debe transcurrir menos de media hora (en invierno puede extenderse hasta una hora y media) hasta nuestro regreso a casa.
No debemos utilizar nunca nuestro vehículo o lugar de trabajo como almacén de alimentos frescos o refrigerados si no disponemos de una heladera donde guardar transitoriamente la compra.
En el hogar
Ni bien llegamos a nuestro domicilio acomodar rápidamente en la heladera los productos refrigerados y congelados. Hay que procurar no distraerse con amigos o familiares cuando la comida está a temperatura ambiente.
Descongelar los alimentos en la heladera y los pequeños en el microondas, nunca hacerlo a temperatura ambiente.
Una vez descongelados consumirlos en el día, y no volverlos a congelar.
No dejar alimentos fuera de la heladera aunque sea por periodos cortos de tiempo.