Jueves 24 Abril 2025

El Carillón de la Legislatura en el Concierto de Campanas

 El Carillón de la Legislatura porteña participó del concierto que se realizó el sábado 11 de septiembre como parte de la propuesta del Ministerio de Cultura de la Ciudad.

 El mismo estuvo a cargo del musicólogo, instrumentista y compositor español Llorenc Barber, quien dirigió los sonidos de 60 campanas distribuidas en 15 campanarios.

 Además sonaron las antiguas campanas de la parroquia San Ignacio de Loyola, parroquia más antigua de la ciudad; las del convento San Francisco, que cuenta con cinco campanas españolas de gran vigor sonoro; las ubicadas en el pequeño Carillón de la Casa de la Cultura y la añeja campana del Cabildo, entre otras.

Por iniciativa del Ministerio de Cultura del Gobierno porteño, el pasado sábado 11 de septiembre y durante 50 minutos, el flamante musicólogo, instrumentista y compositor valenciano Llorenc Barber dirigió el concierto de campanas que se lleva a cabo desde 1988 en diversas ciudades del mundo. Participaron de la “orquesta” más de 34 músicos campaneros, entre directores y percusionistas, y además se sumaron Leo García, Gillespi y Christian Basso como músicos invitados. Todos siguieron las directivas del reconocido director español Llorenc Barber.

 De esta manera el Casco Histórico de la Ciudad de Buenos Aires volvió a convertirse, tal como lo hiciera en diciembre de 2008, en un inmenso auditorio al aire libre al que asistieron más de 100 mil personas para disfrutar de este Concierto de Campanas.

 El Carillón Ubicado en la terraza del cuarto piso del Palacio Legislativo y restaurado en 2007, con sus 30 campanas alemanas que se ejecutan desde un teclado, el Carillón es el más grande de América latina.

 Es un instrumento musical sumamente original. Consiste en campanas fundidas en bronce, en forma de copa, que han sido afinadas con precisión, de manera tal que pueden tañirse en conjunto para producir un efecto armonioso.

 Las campanas cuelgan fijas, solo se mueven los badajos. El badajo de cada campana está unido por cables y otros sistemas de articulación al mecanismo donde se ejecuta, llamado consola. Las campanas, realizadas en bronce – una aleación del 78 % de cobre y 22 % de estaño –se funden con mayor espesor que el necesario y su afinación se logra removiendo el delgado exceso del interior por medio de un torno lo que asegura un alto valor musical y una pureza y belleza de tono para satisfacer las exigencias del más refinado gusto musical.

 El efecto musical está en proporción con el tamaño de las campanas, cuanto más grandes más atrayente resulta el sonido. La fundición de las treinta campanas que alcanza un peso total de 27.350 kilos, estuvo a cargo de la firma Franz Schilling & Sohne de Apolda, Alemania. La campana mayor en tono "Sol", pesa 4.300 kilos y la menor, en tono "Do", 40 kilos.

 Cada una de ellas tiene grabado el Escudo Municipal en relieve y las palabras "H. Concejo Deliberante (de la Ciudad de Buenos Aires)", además en números romanos “MCMXXX”. El más grande de los martillos pesa 10 kilos y el más pequeño 2 kilos.

 Las campanas que cubren un ámbito melódico de aproximadamente dos octavas y media están suspendidas y distribuidas según dimensiones y peso en un armazón de hierro de 11 metros de altura, a modo de soporte de aspecto robusto y artísticamente abulonado, de 18 toneladas de peso. Es el carillón propiamente dicho.

 Es electromecánico con dos tipos de comando, manual y automático. Una pianola de madera fina, artísticamente tallada sobre cuatro pies de estilo ornamental brinda treinta notas musicales; permite ejecutar melodías a mano con sólo treinta teclas, o por contacto eléctrico automático que acciona un dispositivo conectado al reloj de la torre en horas predeterminadas, sea una o más veces al día. Cuenta con un mecanismo especial que al tocar las teclas manualmente al mismo tiempo que produce la melodía, graba las notas en un rollo virgen que luego puede ser perforado para ejecutar automáticamente la melodía cuantas veces se desee.

 El teclado está colocado a cincuenta metros de distancia para que el ejecutante pueda oír las campanas y podría instalarse a seiscientos metros o más. Con la instalación producida en el año 1931, fue el segundo Carillón que tuvo la Ciudad de Buenos Aires, pues el primero, más modesto, de tipo mecánico y con 19 bronces se instaló en la Basílica de la Merced – Reconquista y Perón - en 1923. Además, al momento de emplazarse, el carillón del Palacio Legislativo se constituyó en el más grande del mundo, superando al existente en Chicago – EE.UU. Fue inaugurado el 18 de enero de 1932. El Carrillón, el tablero contactor y el teclado fueron reparados en el año 1997, tras un largo período de inactividad.